viernes, 18 de noviembre de 2016

JORNADA CONTINUA

La jornada continua a examen 

Resultado de imagen de puerta del cole

El cambio de horario se ha implantado en la Comunidad Valenciana sin un estudio previo y afecta a los trabajadores del servicio comedor y a los porteros Mochilas colgadas de las perchas, libros abiertos, pupitres ocupados y lápiz en mano. Son las nueve de la mañana y suena la alarma que anuncia el comienzo de un nuevo día en la escuela. La jornada transcurre con normalidad hasta que llega la hora de terminar las clases. Unos niños terminan antes y otros más tarde. La rutina en la ciudad se desarrolla en dos horarios diferentes y los alumnos, las familias y los profesores han de adaptarse a este nuevo cambio. A principios de septiembre, 25 colegios públicos de Elche votaron a favor o en contra de la implantación de la jornada continua. El resultado determinó que 22 centros dieron el ‘sí’ al cambio de horario, tras superar el 55% requerido, mientras que los tres restantes (El Toscar, Hispanidad y El Palmeral) rechazaron la propuesta. El 1 de octubre se puso en marcha la decisión y las consecuencias ya son notorias. El modelo educativo ideal que persigue España es aquel que ofrece menos horas lectivas y más tiempo de actividades extraescolares. Sin embargo, la jornada continua intensifica las horas en el colegio y deja a elección de los padres que recurran a extraescolares. Ante tal situación se cuestiona el rendimiento y los riesgos en la educación. Esta decisión se ha implantado en la Comunidad Valenciana sin un estudio previo del rendimiento que tienen otras comunidades que presentan este horario. Como por ejemplo en Madrid donde la mitad de los colegios imparten la jornada continua y la otra mitad partida. Tampoco existen evidencias científicas que apunten qué es más beneficioso para la eficiencia del alumno. Infografía El rendimiento en la educación depende de muchos factores. Aquellos alumnos cuyos padres se involucran en su educación, tienen una estructura familiar adecuada y un buen nivel social, obtienen mejores resultados. Óliver Pérez, pedagogo y orientador educativo, considera que con la jornada partida los padres podían organizar a sus hijos en función de sus necesidades como: conocer cuánto tiempo necesita su hijo para hacer los deberes o en qué período de la tarde son más productivos. El fundamento principal para establecer la jornada continua es que la atención disminuye a primeras horas de la mañana y de la tarde. Por lo que se pretende aprovechar el período de 9:00 a 13:00 horas, que es el máximo rendimiento. “Los colegios están ‘vendidos’ porque muchos han hecho votaciones sin saber si el beneficiado es el alumno, los padres o los profesores” apunta el especialista. Y añade: “Intentamos imitar el modelo finlandés y el problema no está en la educación sino en la cultura”. Este cambio de horario modifica nuestros hábitos y costumbres, algo que influye en la formación al variar los ritmos y la organización diaria. Óliver critica que esta decisión se ha tomado sin tener en cuenta la opinión de pedagogos o especialistas en educación para analizar un estudio exhaustivo antes de tomar una decisión. En 1993 se realizó el último estudio sobre la eficacia educativa y apuntaba que en la jornada continua hay un 10% o 20% más de fracaso escolar. Óliver Pérez, orientador educativo: “Intentamos imitar el modelo finlandés y el problema no está en la educación sino en la cultura” Según el pedagogo, uno de los principales riesgos de este cambio de horario es la desigualdad que se crea al dejar en manos de las familias las horas libres de la tarde. “Lo veo como una experiencia piloto, sin red de seguridad. Es una prueba en la que está en juego la educación. El resultado que tendremos va a ser la evaluación del fracaso escolar, si se mejoran o empeoran los datos, pero seguramente no se realizará un estudio a nivel emocional, familiar o social”, declara Pérez. Impacto social Estos niveles, sobre todo el familiar y social, están cambiando sus prácticas. Por ejemplo, los comedores escolares desempeñan una función nutricional y educativa importante, contribuyen a la adquisición de hábitos alimentarios y son marco de socialización y convivencia. La resolución de Consellería, del pasado 13 de junio, especifica el horario en el que se presta este servicio, pero no detalla el número de puestos de trabajo. María Nieves Alberola, directora del colegio Vicente Blasco Ibáñez, con jornada continua, revela que a un mes del comienzo de las clases tan solo cuentan con un tercio del personal. Este es el caso de Francisca Mínguez, monitora del comedor del colegio Ginés de los Ríos. Ella ha trabajado tan solo dos semanas desde el comienzo de curso porque son 30 o 40 comensales menos que el año pasado. Mínguez asegura que la mayoría de los alumnos que disfrutan de este servicio están becados. Y añade: “Los alumnos que este año han decidido no ir al comedor, por lo general, lo tenían que pagar”. Con la implantación de la jornada continua ha disminuido el número de trabajadores en el comedor y ha aumentado el número de funciones a desempeñar. Lo mismo sucede con las actividades extraescolares. El colegio Blasco Ibañez ha reducido a la mitad sus actividades dirigidas porque el número de alumnos inscritos ha mermado notablemente. Este hecho se refleja en un estudio que revela que existe una rotunda menor participación en actividades extraescolares en los centros con jornada continua que en los de jornada partida. El coste de estos servicios depende de las preferencias presupuestarias del Ayuntamiento. Patricia Maciá, concejal de educación, declara no disponer de dinero para esas cuestiones y crítica que Consellería se “debería haber mojado más” a la hora de decidir a dónde se destinará el dinero de estas actividades. “Es lícito que los colegios pidan que desde el Ayuntamiento paguemos las actividades extraescolares pero han de entender que el Ayuntamiento es de todos, no de unos y de otros”, añade la edil. Patricia Maciá, concejal de Educación: “Es lícito que los colegios pidan que desde el Ayuntamiento paguemos las actividades extraescolares pero han de entender que el Ayuntamiento es de todos, no de unos y de otros” Alumnos del colegio Vicente Blasco Ibañez durante las clases extraescolares No solo los trabajadores del servicio comedor se han visto afectados por el cambio de horario en los colegios. El cuerpo de Policía y los porteros también. La Policía Local tendrá que redistribuirse para adaptarse a los distintos horarios de los colegios ilicitanos. Deberán atender los centros de jornada partida, que finalizan a las 13:00 horas, y a las escuelas de jornada continua, que terminan a las 14:00 horas. Los porteros de los colegios también tendrán que amoldarse a la nueva situación. María Nieves Alberola explica que el portero de su colegio se adapta a los dos horarios, por lo que cubre ambos a la vez. “Es algo que ha de resolverse con urgencia”, sentencia la directora. Las escuelas deben permanecer abiertas, según se explica en la resolución de Consellería, de 9:00 a 17:00 horas. Por su parte, Maciá afirma que desde el Ayuntamiento tratan de ofrecer un mismo horario para todos estos profesionales, independientemente de que sean colegios con jornada partida o continua porque, de lo contrario, “habría discriminación entre un mismo puesto de trabajo”. Patricia Maciá, concejal de Educación, en su despacho A nivel social, otro de los sectores que indirectamente teme este cambio es el de la hostelería. Las cafeterías atienden entre semana a generosos grupos de padres que acuden a tomar el café de la tarde tras recoger a sus hijos del colegio. No obstante, Natalia Casado, dependienta de El Pastisset, expone que en las cafeterías no han notado un gran descenso de la clientela. Sobre las 17:00 o 17:30 horas los grupos de padres y madres acuden a las cafeterías porque bajan a los niños a los parques más cercanos y no rompen con la rutina tomar el café de la tarde. Y añade: “Antes, con la jornada partida, se notaba más que salían del colegio y venían de golpe. Ahora, a lo mejor vienen más tarde y los grupos no llegan directamente de los centros”, explica la empleada. Estuches cerrados, lecciones explicadas y deberes mandados. El impacto de la jornada continua es notable a tan solo un mes de su implantación en los centros ilicitanos. Algunos aspectos clave, como las rutinas o los descansos, sufren modificaciones que alteran el proceso educativo y a nivel social las consecuencias son múltiples: afecta a diversos puestos de trabajo y a varios servicios. El día a día transcurre y la ciudad se adapta a este nuevo cambio.
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miércoles, 20 de abril de 2016

EJERCICIOS PARA ESTIMULAR LA MEMORIA DE LOS NIÑOS

Ejercicios para estimular la memoria de los niños



Ejercitar la memoria puede ser divertido para los niños de 3 a 6 años. Para ello, es necesario un ambiente relajado y tranquilo, en el que el niño encuentre descanso y pueda prestar atención a los ejercicios estimulantes que le vamos a ofrecer. El niño debe poner todos los sentidos a favor de este momento de aprendizaje, para así poder almacenar toda la información posible de manera consciente, motivada e interesada por aquello que aprende.
Estas lecciones se podrán relacionar con otros aprendizajes, como la rima, la canción, los trabalenguas, las imágenes, etc. Además, estos estímulos deberán aumentar en complejidad y ser más variados a medida que el niño crece. Y es que conforme crece en edad, crece su capacidad de procesar mayor cantidad e información.

Ejercicios para estimular la memoria de los niños

Los ejercicios para estimular las capacidades del niño son muchos y muy variados. Entre ellos, podemos ver bastantes que ayudan a ejercitar la memoria de pequeño, estos son algunos de ellos.
- Tarjetas de asociación: nuestro hijo tiene que recordar dónde se encuentran las dos tarjetas iguales. Para ello, les mostramos primero todas las tarjetas boca arriba, y a continuación, se ponen boca abajo. Nosotros mismos podemos diseñar las tarjetas, condibujos coloridos y fáciles de recordar.
- ¿Qué había?: para desarrollar su memoria visual, debemos colocar encima de una mesa varios objetos. Dejamos que el niño los observe un tiempo y después, los retiramos. El niño tendrá que recordar cuáles eran y nosotros los iremos poniendo encima de la mesa.
- Canciones infantiles: a los niños les encantan las canciones. Podemos animarles a que se aprendan de memoria aquellas que tenemos grabadas para ellos en CDs y a que las canten varias veces. Juguemos con ellos a que pongan el final de las canciones cada vez que cantemos juntos. Así, cuando nosotros digamos "estaba el señor don...", el niño tendrá que concluir la frase diciendo: "don gato". Este pequeño truco es ideal para desarrollar la atención y memoria de los niños.
- Cuentos: a nuestros hijos les gustan mucho que les contemos los mismos cuentos una y otra vez. Cuando ya se los sepan, podemos equivocarnos intencionadamente para que ellos nos corrijan. También podemos preguntarles qué va a ocurrir.
- ¿Qué hicimos ayer?: para sorprender al niño y probar su memoria, podemos preguntarle por las actividades realizadas el día anterior. Se trata de recordar cronológicamente, desde la mañana a la noche.
- Números de teléfono: vamos a escribir en varios trozos de papel diversos números de teléfono. Algunos serán parecidos, otros más distintos. Le diremos que uno de ellos es el más importante y tendrá que descubrirlo cuando los mezclemos todos. También podemos pedirle que se aprenda los números interesantes.
- ¿Qué es diferente?: un jugador, niño o adulto, aparece vestido con normalidad, después, pedimos a nuestro hijo que cierre los ojos durante varios segundos, tiempo durante el cual la persona que participa tendrá que cambiar algo de su aspecto (por ejemplo, subirse la manga del jersey). Después le diremos al niño que descubra la diferencia.

Una memoria en plena forma

- Procura establecer un orden en las actividades diarias. La desorganización generalmente provoca muchos fallos de memoria.
- Deja que sea el niño quien vaya a buscar las cosas que necesite o que le pidamos:ropa, juguetes, comida... de este modo, tendrá que aprender dónde se guardan las cosas y recordarlo para cuando haga falta.
- Los olvidos son normales, es imposible recordar toda la información que llega a diario. Por eso, si nuestro hijo olvida alguna de sus tareas, démosle pistas hasta que recuerde lo que tiene que hacer.
- Para sorprender al niño y probar su memoria, podemos preguntarle por las actividades realizadas el día anterior, o cuando se vaya a dormir, podemos estar un rato con él recordando lo que hemos hecho durante el día. Se trata de recordar cronológicamente, desde la mañana a la noche.
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jueves, 7 de abril de 2016

PONER LÍMITES A LOS NIÑOS





No poner límites a los niños los debilita en vez de fortalecerlos

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¿Qué hacemos por nuestros hijos en la etapa en la que creemos que nos necesitan menos?", pregunta la psicóloga Maritchu Seitún de Chas, en el arranque de Latentes, su último libro. En los últimos años, sus obras sobre crianza se han vuelto un verdadero fenómeno editorial. Cada vez más colegios e incluso empresas la invitan a dar charlas sobre algo que parece haberse convertido en la gran incógnita de la nueva generación: ¿cómo criar hijos confiados, seguros, creativos y con pensamiento libre, pero a la vez que hagan caso a lo que les decimos los padres? En las últimas décadas, dice Seitún, los paradigmas de crianza han oscilado entre el autoritarismo y la permisividad absoluta. "Venimos de una época en que poner límites equivalía a frustrar a los chicos. No había que hacerlos esperar, o dejarlos enojar o permitir que sufran. Hoy nos dimos cuenta de que ese paradigma los debilitaba en lugar de hacerlos fuertes. Ahora, como sociedad, nos encontramos buscando un modelo intermedio", reconoce.
-¿Por qué se los llama latentes?
-Sigmund Freud llamó latencia a la etapa en la que los chicos se desentienden de la sexualidad. Habiendo superado la etapa edípica alrededor de los seis años, el interés por la sexualidad queda entonces "latente" hasta la pubertad, por eso los psicólogos llamamos latentes a los chicos en edad de escolaridad primaria.
-A partir de los seis años, ¿los chicos nos necesitan menos como padres?
-Durante los primeros cinco años cuidamos y acompañamos mucho a nuestros hijos, les enseñamos muchas cosas que a los seis se van consolidando en ellos, empezamos a verlos más independientes en muchos aspectos: se bañan, se visten y comen solos, se entretienen con hermanos, primos o amigos, los acompañamos a la cama pero se duermen también solos, ya no nos requieren tanto todo el tiempo ni tan físicamente. Empiezan a pasar más tiempo afuera de casa: en el colegio, haciendo deportes en el club, jugando en la vereda, en casa de amigos. Y ya no necesitan esa vigilia, ese seguimiento permanente, esa marca "hombre a hombre" de los primeros años.
-¿Qué está en juego en esa etapa?
-Habiendo fortalecido la confianza en sí mismos y en sus recursos, y habiendo consolidado la confianza en el vínculo con sus padres, es una etapa de enormes aprendizajes en todas las áreas: intelectual, emocional, social, motriz y deportiva. Todas sus energías están puestas en aprender, jugar, hacerse amigos...
-¿Hablar de límites en la crianza es un paradigma del pasado?
-Todo lo contrario: hemos vuelto a hablar de límites después de una época en que parecía que no había que ponerlos ni tampoco frustrar a los chicos ni hacerlos esperar, enojar o dejarlos sufrir. Lo hicimos porque nos dimos cuenta que ese paradigma los debilitaba en lugar de hacerlos fuertes. Pasamos de un modelo autoritarito y arbitrario con límites excesivos a otro opuesto, el permisivo, falto de límites, y hoy nos encontramos buscando un modelo intermedio que tome lo mejor de cada uno de esos modelos.
-Hoy la sociedad anima a los más chicos a que dejen pronto de ser niños. ¿Por qué?
-No puedo encontrar otra razón que la de invitar al consumo, porque, sabiendo como sabemos que todo va a llegar, no hay ninguna necesidad de apurar su crecimiento; esa etapa de infancia en la que se saben cuidados por sus padres, es muy valiosa para aprender, jugar, pasarla bien, practicar habilidades, tranquilos de que papá y mamá se ocupan. Hay otro grupo de niños que se ve obligado a dejar de serlo por cuestiones socioeconómicas: porque tienen que ayudar a sus padres y ocuparse de su supervivencia mucho antes de estar preparados para ello. Ojalá el Gobierno y la sociedad logren, trabajando en equipo, que esto deje de ocurrir en nuestro país.
-Se dice que ahora la adolescencia empieza en las niñas a los ocho años, que los ocho son los nuevos doce. ¿Es cierto?
-La pubertad física se ha ido adelantando pero no hasta ese punto, rara vez una niña de 12 empieza su desarrollo puberal y menos todavía los varones. Encuentro niños que se creen adolescentes y en realidad son niños a quienes les han faltado límites, no tienen clara la autoridad de los adultos y se portan como si fueran más chiquitos con berrinches, malos modos y peores respuestas, no como adolescentes, aunque sus padres prefieran creer que es una adolescencia adelantada.
-Entre tanto cambio de paradigmas, ¿estamos un poco desorientados los padres de las nuevas generaciones?
-Puede ser que estemos desorientados, es cuestión de investigar un poco y tomar una postura personal. Pero además creo que no hemos tomado conciencia de que la sociedad como tal ha dejado de educar a nuestros hijos, cosas que sí ocurría en las generaciones anteriores en la que muchos adultos eran referentes, ponían límites, educaban. Abuelos y otros familiares, personal docente y no docente de los colegios, los vecinos. Todos cumplían un rol social en la formación de los niños. Hoy hasta nos enojamos con las maestras cuando se atreven a hacerlo, sin darnos cuenta de que nos quedamos muy solos con una tarea compleja.

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