lunes, 31 de agosto de 2015

CUMPLE TUS PROMESAS A LOS NIÑOS

Cumple tus promesas a los niños

25313025_s
Dentro de este grupo de entradas sobre la educación emocional y los niños hay algo que es importante: el lenguaje está conectado a la realidad, las promesas con la acción. Promesa en su primera acepción en el diccionario RAE significa: “Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo”. Luego la promesa liga el lenguaje y la acción. Es tremendamente negativo para un niño, sea un hijo o sea un alumno, que una figura significativa para él no cumpla lo que le promete.

Muchas veces hacemos pequeñas promesas a los niños. Hace poco estando con un amigo que tiene una hija de 6 años, le prometió que al volver a casa la llevaría en moto. Al llegar a la casa la niña estaba pendiente de la promesa y para mi amigo la vida se había complicado y trataba de dilatar su promesa: lo hacemos mañana, no pasa nada. Pero para la niña si pasa, porque los niños no tienen otro modo de conseguir las cosas que sus figuras de referencia, si estas les fallan se encuentran impotentes y su mundo se dibuja como un mundo donde la palabra no sirve, donde la confianza se diluye.
Por todo eso es mejor que cuando le decimos algo a un niño lo cumplamos. Sintámonos verdaderamente ligados por lo que hemos dicho a los niños. Esto nos exige que cuando no vamos a poderlo cumplir, no lo prometamos y mucho menos prometamos cosas para quitarnos al niño de encima o para superar una pequeña situación. Es muy importante que nuestra palabra sea verdad y cuando decimos si, ese sí sea real. Lo mismo con el no. El niño aprende con el no que hay límites que no todo se puede conseguir. También de ese modo lo aprende en un ambiente de confianza. Aprende a confiar en su padre/madre o maestro y a conocer los límites: ni siquiera su padre puede decir a todo que si.
No quiero que se lea que hay que ser rígidos en el no. El no son los límites y estos son negociables. Si no podemos decimos que no, pero el niño debe tener la posibilidad de negociarlo, no encontrarse con un padre que es una muralla, que dice no y se acabó, debe poder insistir y el padre ver si es realmente no o puede hacer alguna concesión.
Hay siempre una distancia entre lenguaje y realidad, pero esta debe ser la menor posible, eso hará crecer en ese ambiente de confianza tan fundamental para los niños. Si estos tienen además problemas de confianza por ejemplo por abandono y es un niño adoptado, la verdad de nuestra palabra es todavía más importante porque va cimentando paso a paso la recuperación de la confianza.
La palabra crea el mundo donde los humanos viven, la solidez o fragilidad de esa palabra va a crear muchas de las posibilidades de la persona. La etapa de la formación y del crecimiento es también la etapa de la creación de la propia palabra y esta se forma en esa interacción con las figuras significativas que tienen una gran influencia.
Tener una palabra sólida posibilita el diálogo y el diálogo va a servir al niño para ir explorando la vida, para irle dando sentido. El niño es persona desde que es niño y necesita ese diálogo y la confianza de las personas que le cuidan, necesitan que se le respete respetando las cosas que se le dicen, respetando su palabra dicha por un niño. Para el padre/madre o el docente, este es el punto clave: confiar en su hijo o alumno y darle el terreno de la confianza en su palabra, construir un diálogo verdadero con él/ella.
Palabra, promesa, claves para construir una relación y claves para la relación con los niños.

Vía Antonio Esquivias
www.antonioesquivias.wordpress.com
Leer más »

lunes, 24 de agosto de 2015

LOS NIÑOS NO ENTIENDEN LA IRONÍA

Los niños no entienden la ironía

claves-restaurar-autoridad-perdida-casa_1_1335533
Hasta los 8 o 10 años de edad los niños no entienden la ironía y sin embargo la utilizamos. En su tercera acepción de la RAE, ironía es: «Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice». La primera es, «burla fina y disimulada». Los niños no lo entienden porque su comunicación es directa, entiende poco de decir una cosa queriendo decir otra, de burlas y de disimulos.
En resumen, cuando utilizamos la ironía creamos para el niño un ambiente de inseguridad, a través de crear una distancia afectiva. Los niños necesitan seguridad que es fundamentalmente afectiva. Después de las necesidades básicas cubiertas, lo primero que necesita un niño es la seguridad del vínculo con las figuras significativas y las que están a su cuidado y la ironía pone en duda precisamente esa seguridad del vínculo.
Seguridad de la comunicación, el niño no debe encontrarse que su comunicación no es aceptada. Eso es precisamente lo que hace la ironía: dudar de la comunicación del otro y con los niños la palabra es confianza.
Debemos confiar en lo que nos dice el niño. Evidentemente alguna vez nos engañará, entre otras cosas porque tiene que aprender el valor de las palabras, aprendiendo a mentir. Pero es mejor que nos mienta alguna vez que perder la confianza. Sencillamente cuando descubramos la mentira, si lo es, se lo decimos y restauramos la confianza. Esto va haciendo más consistente la comunicación. Es decir hay que dar valor real a la comunicación del niño y no desvalorizarla porque es de un niño. Cuando más valoremos la comunicación del niño más sólido va a ser nuestro vínculo con el/ella.
Esto no quiere decir que no haya sentido del humor en la comunicación, sino que tenemos que distinguir burla de sentido del humor. Burla aparece en la definición de ironía, sentido del humor no. El problema con la burla es que desprecia a la persona, la considera incapaz en alguna medida. El sentido del humor, la broma, en la comunicación con los niños es bueno, incluso muy bueno, pero la burla es mala. La burla es una herramienta de la ironía.
Como un trabajo importante de autoconocimiento, cada vez que utilizamos la ironía, deberíamos tratar de descubrir los motivos que nos han llevado a hacerlo. Seguro que descubrimos intencionalidades que dejan de lado al niño y aparece nuestro cansancio o nuestro mal humor u otros motivos por los que hemos hecho pagar al niño que no tenía nada o poco que ver con ellos. Este trabajo posterior a la utilización de la ironía puede ser muy importante para ayudarnos a utilizar nuestra comunicación de un modo más seguro.
Lo que digo en esta entrada sirve tanto para padres como para docentes y cuidadores y significa un gran cambio en el modo en que nos relacionamos con los niños, en el modo en que les apoyamos en su crecimiento, creando un clima de seguridad afectiva, que es nuestra finalidad más importante en nuestra relación con ellos.
Fuente: Antonio Esquivias
www.antonioesquivias.wordpress.com
Leer más »

jueves, 20 de agosto de 2015

IMAGEN CORPORAL Y AUTOESTIMA

IMAGEN CORPORAL Y AUTOESTIMA


Estoy gordo. Estoy flaco. Me gustaría ser más alto, más bajo, tener el pelo rizado, el pelo liso, la nariz más pequeña, los músculos más desarrollados, las piernas más largas…
¿Te resulta familiar alguna de estas afirmaciones? ¿Estás acostumbrado a minusvalorarte? En tal caso, no estás solo. Es por desgracia un problema muy extendido, que en principio no se le da importancia, pero acaba generando problemas más serios; de hecho no es un problema “que se estanca”, sino que crece o disminuye, en función de que le pongamos solución o no.
Los adolescentes, experimentan multitud de cambios. Y, a medida que va cambiando su cuerpo, también lo hace su autoimagen (la imagen que tienes de ti mismo), así como la imagen “idealizada”, que te viene “inoculada” por modas sociales. A muchos les cuesta habituarse a esos cambios, y mantenerse firmes sobre las influencias externas, y eso acaba repercutiendo su autoestima.
Pero este no es un problema solo de la adolescencia. Se observa en adultos, que a medida que decrece la autoestima y/o crece un estado depresivo, el cuidado de la imagen corporal se deteriora, y en la medida que se descuida la imagen corporal decrece la autoestima y crece los sentimientos depresivos.

¿Por qué son importantes la autoestima y la imagen corporal?
La autoestima se refiere a la medida en que nos aceptamos y valoramos y lo orgullosos que estamos de nosotros mismos. La autoestima es importante porque el hecho de sentirnos bien con nosotros mismos puede influir sobre nuestra forma de actuar. Una persona que tiene alta la autoestima hará amistades con facilidad, controlará mejor su comportamiento y disfrutará más de la vida.
La imagen corporal se refiere a cómo se siente una persona con su aspecto físico, y a la vez nos habla de cómo se siente internamente a nivel emocional. Pero hay que tener en cuenta que es un camino de dos direcciones..
Para mucha gente, sobre todo durante la primera etapa de la adolescencia, la imagen corporal está íntimamente relacionada con la autoestima. Esto se debe a que, al estar dejando de ser niños para convertirse en adultos, a los adolescentes les preocupa mucho más cómo los ven los demás. Y en los adultos se refleja más en su imagen corporal como se sienten emocionalmente.

¿Qué influye sobre la autoestima de una persona?
Pubertad
Algunos adolescentes tienen problemas de autoestima al principio de la pubertad porque su cuerpo experimenta multitud de cambios. Esos cambios, combinados con el deseo natural de ser aceptados, hacen que les resulte tentador compararse con los demás. Se pueden comparar con las personas que tienen alrededor o con actores y famosos que ven en la televisión, el cine o las revistas.
Pero no tiene demasiado sentido compararse con otras personas porque los cambios que conlleva la pubertad son diferentes en cada persona. Algunas personas empiezan a desarrollarse pronto, mientras que otras lo hacen de forma tardía. Algunas desarrollan temporalmente una capa de grasa para prepararse para el estirón, otras se engordan de forma permanente y hay otras que siguen estando flacas por mucho que coman. Todo depende de cómo hayan programado su cuerpo los genes, aunque también de los hábitos alimenticios.
Los cambios que acompañan a la pubertad pueden repercutir sobre la forma de sentirse sobre uno mismo tanto en las chicas como en los chicos. Algunas chicas pueden sentirse incómodas con sus cuerpos en proceso de desarrollo o avergonzarse de ellos. Otras desearían desarrollarse más deprisa. Las chicas pueden sentirse presionadas a adelgazar mientras que los chicos pueden sentir que no son lo bastante corpulentos o musculosos.
mejorar la autoestima

Influencias externas

De todos modos, el proceso de desarrollo normal no es lo único que repercute sobre la autoestima. Hay multitud de otros factores (como las imágenes que difunden los medios de comunicación de chicas delgadas y chicos musculosos con abdominales esculpidos) que pueden repercutir sobre la imagen corporal de una persona.
La vida familiar también puede influir sobre la autoestima. Algunos padres pasan más tiempo criticando a sus hijos y el aspecto físico que tienen que elogiándolos. Esas críticas pueden reducir la capacidad de una persona para desarrollar una alta autoestima.
La gente también puede ser objeto de burlas y comentarios negativos sobre su aspecto procedente de sus compañeros de clase. A veces el origen de este tipo de comentarios reside en los prejuicios raciales y étnicos. A pesar de que estos comentarios suelen obedecer a la ignorancia de quienes los hacen, a veces pueden repercutir negativamente sobre la imagen corporal y la autoestima de quien los recibe. También hay que tener en cuenta que un mismo comentario no afecta a todos, ni lo hace en la misma medida, esto está en función de la estructura cognitiva y la buena salud emocional.
Existen muchos factores que pueden provocar una autoestima baja, ya que, como ya hemos nombrado, el principal factor es la propia estructura cognitiva y la salud emocional de la persona.

Autoestima sana

Si tienes una imagen corporal positiva de ti mismo, probablemente te aceptarás y te gustarás tal y como eres.
En la adolescencia esta actitud saludable te permitirá explorar otros aspectos del hecho de crecer, tales como hacer amistades, adquirir mayor independencia con respecto a tus padres y plantearte nuevos retos, tanto desde el punto de vista físico como mental. Y el hecho de desarrollar esas facetas de ti mismo te ayudará a elevar todavía más tu autoestima.
En los adultos les llevará por el camino del equilibrio, a través de las vicisitudes que la vida va deparándoles.
Una actitud positiva y optimista puede ayudar a la gente a desarrollar una alta autoestima. Por ejemplo, decirte: “Bueno, soy humano”, en vez de “Vaya desastre que estoy hecho”, cuando cometes una equivocación. O no culpar a los demás cuando las cosas no salen como esperabas.
Saber qué es lo que te hace feliz y cómo puedes alcanzar tus objetivos puede ayudarte a sentirte capaz y fuerte y a tener la sensación de que controlas tu vida. Una actitud positiva y un estilo de vida saludable (como hacer ejercicio y comer bien) son una perfecta combinación para desarrollar una alta autoestima.
Existe una Terapia de recuperación de la autoestima, que es muy efectiva, el “Protocolo de Autoestima”, si lo necesitas puedes preguntar a un Terapeuta.

Consejos para mejorar tu imagen corporal

Algunas personas creen que necesitan modificar su aspecto físico o su forma de comportarse para sentirse bien consigo mismos. Pero, de hecho, lo único que necesitas hacer es modificar la forma en que percibes tu cuerpo y lo que piensas sobre ti mismo. Muchas veces el exceso de preocupación denota una falta de autoestima, pues indica que no estás satisfecho contigo mismo.
Lo primero que tienes que hacer es reconocer que tu cuerpo es tuyo, independientemente de la forma, talla o color que tenga. Si te preocupa mucho tu peso o tu estatura, ve al Terapeuta para saber si va todo bien. Pero el aspecto de tu cuerpo solo es un síntoma, eres tú quien ha de estar contento contigo mismo, con tu vida, con tu físico… y esto habitualmente nace desde el interior de la persona.
En segundo lugar, identifica qué elementos de tu aspecto físico puedes cambiar de forma realista y cuáles no. Todo el mundo (hasta el famoso aparentemente más perfecto) tiene cosas que no le gustan de sí mismo que no puede cambiar y necesita aceptar, desde su estatura a su talla de zapatos.
Si hay aspectos de tu cuerpo que quieres y puedes cambiar (como lo en forma que estás), hazlo fijándote metas. Por ejemplo, si quieres ponerte en forma, diseña un programa para hacer ejercicio diariamente y comer alimentos nutritivos. Luego haz un seguimiento de tus progresos conforme te vayas aproximando a la meta. ¡Plantearse retos personales es una forma estupenda de elevar la autoestima!. Lo principal es que las metas que te plantees sean reales, es decir conseguibles, en segundo lugar que sean beneficiosas para tu persona.
Si te encuentras haciendo comentarios negativos sobre ti mismo, oblígate a detenerte, pon un centinela a tus pensamientos, y no dejes que aniden pensamientos negativos, si no lo puedes evitar pide ayuda. Prueba a elevar tu autoestima haciéndote tres piropos cada día. Cada día antes de acostarte piensa en tres cosas de ese día que te hayan hecho disfrutar, cosas que hayas hecho bien… Puede ser cualquier cosa, desde notar los rayos del sol en la cara hasta escuchar a tu grupo musical favorito u oír cómo se ríe alguien cuando le cuentas un chiste. Centrándote en las cosas buenas que haces y los aspectos positivos de tu vida, podrás cambiar para bien la forma en que te sientes contigo mismo.

¿Cuándo debes pedir ayuda?

Lo fundamental es que entiendas que la autoestima no es un problema menor, sino la cimentación de tu estado emocional, y que más pronto o tarde te irá llevando por su camino.
Normalmente los problemas de baja autoestima y de imagen corporal negativa no se pueden superar sin ayuda. Algunas veces las personas se deprimen, pierden el interés en las actividades y relaciones sociales, incluso se autolesionan, se refugian en el alcohol, en el consumo de drogas, en la comida… Si te sientes así, no lo dudes es hora de acudir a un Terapeuta.

Vía Antonio Bernal
www.cursosterapiasnaturales.org
Leer más »

domingo, 9 de agosto de 2015

HERIDAS EMOCIONALES DE LA INFANCIA QUE PERSISTEN CUANDO SOMOS ADULTOS

¿CUÁLES SON LAS HERIDAS EMOCIONALES DE LA INFANCIA QUE PERSISTEN CUANDO SOMOS ADULTOS?


Los problemas vividos en la infancia vaticinan cómo será nuestra calidad de vida cuando seamos adultos. Además, estos pueden influir significativamente en como nuestros niños de hoy actuarán mañana y en como nosotros, por otro lado, afrontaremos las adversidades.

Así, de alguna forma, a partir de estas 5 heridas emocionales o experiencias dolorosas de la infancia, conformaremos una parte de nuestra personalidad. Veamos a continuación cuáles son nuestras heridas….

1- El miedo al abandono

La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Habrá una constante vigilancia hacia esta carencia, lo que ocasionará que quien la haya padecido abandone a sus parejas y a sus proyectos de forma temprana, por temor a ser ella la abandonada. Sería algo así como “te dejo antes de que tú me dejes a mí”, “nadie me apoya, no estoy dispuesto a soportar esto”, “si te vas, no vuelvas…”.
Las personas que han tenido experiencias de abandono en la infancia, tendrán que trabajar su miedo a la soledad, su temor a ser rechazadas y las barreras invisibles al contacto físico.
La herida causada por el abandono no es fácil de curar. Así, tú mismo serás consciente de que ha comenzado a cicatrizar cuando el temor a los momentos de soledad desaparezca y en ellos empiece a fluir un diálogo interior positivo y esperanzador.

2- El miedo al rechazo

Es una herida muy profunda, pues implica el rechazo de nuestro interior. Con interior nos referimos a nuestras vivencias, a nuestros pensamientos y a nuestros sentimientos.
En su aparición pueden influir múltiples factores, tales como el rechazo de los progenitores, de la familia o de los iguales. Genera pensamientos de rechazo, de no ser deseado y de descalificación hacia uno mismo. 
La persona que padece esta dolorosa experiencia no se siente merecedora de afecto ni de comprensión y se aísla en su vacío interior por el miedo de ser rechazado. Es probable que, si hemos sufrido esto en nuestra infancia, seamos personas huidizas. Por lo que debemos de trabajar nuestros temores, nuestros miedos internos y esas situaciones que nos generan pánico.
Si es tu caso, ocúpate de tu lugar, de arriesgar y de tomar decisiones por ti mism@. Cada vez te molestará menos que la gente se aleje y no te tomarás como algo personal que se olviden de ti en algún momento.

3- La humillación

Esta herida se genera cuando en su momento sentimos que los demás nos desaprueban y nos critican. Podemos generar estos problemas en nuestros niños diciéndoles que son torpes, malos o unos pesados, así como aireando sus problemas ante los demás; esto destruye la autoestima infantil.
El tipo de personalidad que se genera con frecuencia es una personalidad dependiente. Además, podemos haber aprendido a ser “tiranos” y egoístas como un mecanismo de defensa, e incluso a humillar a los demás como escudo protector.
Haber sufrido este tipo de experiencias requiere que trabajemos nuestra independencia, nuestra libertad, la comprensión de nuestras necesidades y temores, así como nuestras prioridades.


4- La traición o el miedo a confiar

Surge cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres principalmente, no cumpliendo sus promesas. Esto genera una desconfianza que se puede transformar en envidia y otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo que otros tienen.
Haber padecido estos problemas en la infancia construye personas controladoras y que quieren tenerlo todo atado y reatado. Si has padecido estos problemas en la infancia, es probable que sientas la necesidad de ejercer cierto control sobre los demás, lo que frecuentemente se justifica con un carácter fuerte.
Estas personas suelen confirmar sus errores por su forma de actuar. Requiere trabajar la paciencia, la tolerancia y el saber vivir, así como aprender a estar solo y a delegar responsabilidades.



5- La injusticia

Se origina en un entorno en el que los cuidadores principales son fríos y autoritarios. En la infancia, una exigencia en demasía y que sobrepase los límites generará sentimientos de ineficacia y de inutilidad, tanto en la niñez como en la edad adulta.
Las consecuencias directas en la conducta de quien lo padece será la rigidez, pues estas personas intentan ser muy importantes y adquirir un gran poder. Además, es probable se haya creado un fanatismo por el orden y el perfeccionismo, así como la incapacidad para tomar decisiones con seguridad.
Requiere trabajar la desconfianza y la rigidez mental, generando la mayor flexibilidad posible y permitiéndose confiar en los demás.
Ahora que ya conocemos las cinco heridas del alma que pueden afectar a nuestro bienestar, a nuestra salud y a nuestra capacidad para desarrollarnos como personas, podemos comenzar a sanarlas.
Fuente: Raquel Aldana

Leer más »