martes, 26 de abril de 2011

COMPORTAMIENTO INADECUADO: "MI NIÑO QUIERE LLAMAR LA ATENCIÓN"



El niño/a se tira al suelo, hace rabietas y grita. Los padres presencian la escena entre sentimientos de cólera y desesperación. Algunas ideas para abordar este problema.

Habitualmente usamos la frase “este niño quiere llamar la atención…” ¿sabemos lo que decimos con esta expresión? Detrás de todo proceder hay una razón y si el niño llama la atención es porqué la necesita. ¿Esto significa darle todo lo que pide o acceder a sus berrinches? De ningún modo. Esta afirmación nos permite comprender un poco más allá del llamado “capricho” para actuar con mayor precisión en las situaciones con los pequeños.

En primer lugar es importante saber que no se debe responder al comportamiento inadecuado, dado que el mensaje que estaríamos transmitiendo es: pongo interés en tí cuando gritas o te tiras al suelo, entonces sigue haciéndolo. Hay que responder cuando cesa el berrinche (siempre teniendo en cuenta la seguridad del niño/a y la nuestra propia, el sentido común nos dirá cuando hay que actuar, si el acto pone en grave peligro su integridad física o la de los padres o enseres del hogar habrá que actuar de inmediato). Mientras tanto podemos retirar al niño del lugar o ignorar su comportamiento (depende de la magnitud).

Todo lo anterior es necesario pensarlo en conjunto con otras variables. Cuando hacen una “escena”, habrá que evaluar si los niños han tenido la dedicación que precisaban. A veces hacemos algunas tareas maratonianas sin prestarles la atención que necesitan (compras, parque, labores del hotar... todo sin descanso). Al no contemplar, involuntariamente, sus necesidades ellos lo hacen saber con este proceder.

El comportamiento inapropiado es una señal de su disgusto y que algo no está bien. Tenemos que tener en cuenta que en la mayoría de casos estos comportamientos ocurren cuando los niños no saben hablar o aunque hablen no saben exteriorizar sus emociones. Además ellos sabrán cual es el momento adecuado y con qué miembro de la familia funciona más o menos. Son muy inteligentes y saben captar nuestras debilidades. Las armas que tenemos contra esto son:
  • Tirar de experiencia.
  • No caer en su juego.
  • Posicionarnos en un escalón superior de autoridad.
  • El ejemplo (hacerle ver que nosotros no montamos esos numeritos cuando algo no va bien).
Si un niño ha tratado varias veces de comunicarle al adulto lo que necesita, y este no puede “escucharlo” sus necesidades continúan sin cumplirse. Es probable que use una actitud problemática como manera de mandar un mensaje bien fuerte y sonoro.

Si revisamos las situaciones con los pequeños, antes del comportamiento inadecuado, generalmente los niños nos han llamado, pedido o llorado. Pero de alguna forma convocaron nuestro interés previamente.

Hay que encontrar el punto adecuado entre ofrecer la atención que los niños/as necesitan sin llegar al consentimiento. Es difícil pero la clave la encontraremos en nuestra experiencia. Un cierto grado de autonomía ayudará al correcto desarrollo del niño/a pero la desatención puede crear situaciones problemáticas.

¿Cómo podemos mejorar la relación con los hijos para disminuir estas manifestaciones?

  1. NO FALSAS ESPERANZAS. Cuando piden nuestra atención y no podemos acudir, decirles que lo haremos enseguida y ¡¡cumplir!! Los niños deben aprender a esperar pero los padres debemos ser consistentes. Hay adultos que no llegan nunca: "espera"…"¿que no ves que estoy ocupado?"...
  2. EXTINCIÓN. Cuando el niño usa una conducta inadecuada, en la medida que sea posible, ignorarlo hasta que cese y una vez se haya tranquilizado prestarle atención (recalcando que se le atiende porqué se ha calmado).
  3. NO PONERNOS A SU ALTURA. Evitar retar, amenazar, castigar, etc. Con esa conducta sólo conseguiríamos es favorecer un mal ejemplo y que se comunique de esta forma.
  4. PREMIO SOCIAL. Valorar las formas de atención positiva cuando las usa: "Qué bien que has podido esperar a que termine!! Me da mucha alegría".
  5. PRESTARLES ATENCIÓN. Anticiparnos al enfado buscando cada día, un rato de exclusividad para conversar sobre sus cosas o jugar, aparte de las tareas!

A todos nos gusta recibir atención y precisamos ser escuchados. A nuestros hijos también y podemos enseñarles mejores maneras de obtenerla. Aplicando el sentido común cada día obtendremos los resultados esperados.

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