Cómo ayudar a mi hijo con trastorno disocial de la personalidad
¿Qué pasa cuando es nuestro hijo quien padece este trastorno? ¿Cómo
podemos afrontar nuestro día a día para ayudarle a él y que al mismo
tiempo la convivencia sea mejor? ¿Qué tipo de pautas podrían ser
adecuadas en nuestro caso? Desde Centro Persem (www.centropersem.com) queremos orientarte a cómo ayudar a tu hijo con trastorno disocial de la personalidad,
pero no olvides que si te sientes muy desbordado no debes dudar en
consultar a nuestros profesionales que haga un seguimiento adecuado a tu hijo y
le ayude a manejar mejor las situaciones conflictivas en su hogar.
INSTRUCCIONES:
- Busca información acerca del trastorno disocial de la personalidad, entiende qué es, compréndelo. Ayuda a tu hijo a entenderlo. Para poder ayudar, primero hay que entender, por lo que te recomendamos conocer cuáles son las posibles causas del trastorno disocial.
- Busca ayuda en profesionales que puedan ayudar y orientar en estos casos. Coordinar las actuaciones en casa con las del profesional.
- Coordina tus actuaciones con los profesionales de la escuela.
- Acepta a tu hijo tal como es. No es bueno generarse ideales que no son reales.
- Préstale atención cuando tenga conductas adecuadas y refuérzale mediante tu reconocimiento de forma afectiva (abrazos, elogios… y evitando cualquier premio material).
- Cuando quiera remarcar una conducta, explícale la conducta que esperas de él, centrándote en la conducta y nunca en las características personales.
- Ayúdale a mejorar su empatía, ayudándole a reconocer los sentimientos y los comportamientos de los otros y los suyos propios
- Establece normas claras con consecuencias anteriormente habladas y aceptadas con su hijo, expresándolas de forma positiva, evitando las amenazas.
- Mantén la calma, y habla a tu hijo con un tono de voz sereno. No muestres nerviosismo, o rechazo hacia tu hijo. Debe tener en cuenta que tu hijo siempre tenderá a imitarte.
- Evita la sobreprotección y los castigos, cuando tengas que aplicarlos deben ser proporcionados y relacionados con la conducta de tu hijo, indicando en todo momento la forma de actuación concreta y correcta.
- Muéstrale modelos positivos de conductas cotidianas con el propio ejemplo. Ayúdale a comprender el problema, por qué les ocurre y que sea él mismo quien descubra las posibles soluciones (con tu ayuda).
- Emplea un estilo educativo basado en el afecto, la no permisividad y el respeto mutuo.
- Proporciona un ambiente tranquilo y relajado, evitando mucha estimulación. Proporciona a tu hijo un ambiente estructurado con rutinas establecidas y bien ordenadas.
- Incrementa su confianza y su autoestima, reconociéndole sus progresos y su esfuerzo en el día a día.
By María José Roldán Prieto
1 comentario:
qué buen artículo! jajaja :)
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