AUTOESTIMA
Si hay un factor que suele ser común
en varias problemáticas de índole psicológico, es no saber cómo mejorar
la autoestima, la falta de autoestima o la autoestima baja.
La autoestima es el aprecio que tenemos
hacia nosotros mismos, nuestro amor propio. Es un conjunto de
pensamientos, sentimientos y evaluaciones hacia lo que somos por dentro y
por fuera, es decir, en lo que respecta a nuestro carácter y forma de
ser y nuestro físico. No es algo que depende del estado del ánimo, sino
todo lo contrario, puede ser determinante para el mismo. La autoestima
subyace por debajo de nuestro consciente e influye en nuestra forma de
ver, sentir y actuar frente al mundo.
Es, como así decirlo, el resultado de
los pensamientos y experiencias que hemos ido acumulando e
interiorizando a lo largo de nuestra vida, expuestos en el presente en
forma de seguridad o inseguridad, autoamor o autodesprecio, valentía o
miedos, autocompasión o autoexigencia, etc.
Cómo Mejorar la Autoestima
El otro día viendo un vídeo
realizado por la marca de cosmética y cuidado personal Dove, hizo que
sintiera una gran conexión con lo que ocurre en la realidad: somos
nuestros mayores críticos. La empresa quería demostrar lo exigentes que
pueden llegar a ser las mujeres consigo mismas, sobre todo en lo que
respecta al físico.
En el vídeo se nos muestra un emotivo
experimento social que fue bautizado como “Mis pensamientos”. Se les
pidió a una serie de mujeres que apuntaran en una lista todos aquellos
pensamientos negativos que se autoconferían durante el día. Más tarde,
simulando realizar otra entrevista en una cafetería, dos actrices
reproducían ese diálogo pérfido “mente-yo misma” entre ellas, justo al
lado de las participantes del experimento.
Las chicas “muestra” quedaban
horrorizadas al escuchar esas crueles y duras palabras que se suponía
que una amiga profería a la otra amiga. Mientras avanzaba la escena, las
chicas se daban cuenta de que ese diálogo, si se le puede denominar
como tal, es el que había surgido de sus pensamientos, hasta el punto de
reconocer el origen de esas frases: ellas mismas.
Algunas candidatas incluso le pidieron a
la actriz “cruel” que parara de decirle esas terribles cosas a su
amiga. Cuando las chicas oían aquello, que ellas mismas se decían, desde
fuera se daban cuenta de lo maltratadoras que estaban siendo con ellas
mismas, de lo horriblemente que se estaban tratando, dañándose
maliciosamente y autodestruyéndose.
Y es que esto no es más lejos de la
realidad: aunque haya personas a nuestro alrededor que nos grite lo
maravillosos que somos, siempre tendremos a ese personajillo malvado
dentro de nuestras cabezas intentando convencernos de lo contrario. Dove
Francia, asegura tras la encuesta de la campaña #OneBeautifulThought,
que “sólo el 8% de las mujeres francesas se sentían seguras de su belleza y sólo el 3% se sentían realmente hermosas”.
Con todo esto, Dove pretendía lanzar y concienciar con el siguiente mensaje: “si no es aceptable decírselo a otras personas, ¿por qué nos lo decimos a nosotras mismas?”.
En eso consiste la autoestima baja: en
destruirnos, criticarnos, maltratarnos e impedirnos alcanzar la
felicidad que tanto nos pertenece por derecho de ser personas. Por eso
es importante saber cómo mejorar la autoestima.
¿Por dónde empezar?
Combatir una autoestima baja no es
trabajo fácil, pues como bien he comentado al principio de este
artículo, es algo que vamos forjando a lo largo de nuestra vida, es un
cúmulo de pensamientos negativos que nos corrompen y han corrompido
durante años. Llega un punto en el cual el tratarse mal acaba siendo el
día a día, una costumbre, y dejamos de buscar estar bien o felices
porque se convierte en algo desconocido, incluso tememos buscarlo. Es
aquí cuando el tan famoso dicho: “mejor malo conocido que bueno por
conocer”, cobra fuerza.
Trabajar la autoestima comienza con ser
determinante con la idea de mejorar y estar bien. No es un camino
simple, sino todo lo contrario. Lo realmente fácil es seguir viviendo
compadeciéndose y victimizándose porque las cosas no nos han ido como
habíamos previsto o soñado: “he tenido mala suerte”, “soy un desastre”, “esta vida no es la mía, pero ¡¿qué le voy a hacer?!”,…
Hay una frase que me llamó mucho la atención hace poco: “Cuidado con la tristeza. Es un vicio”
de Gustave Flaubert y es que es lo que realmente ocurre. Lo costoso es
intentar desmantelar esa red tóxica en la que se ha convertido nuestra
mente, con hilos en forma de pensamientos negativos irracionales y que
está influyendo en nuestra forma de ver la vida.
Aunque no siempre es tan difícil llegar
al cambio. Algunas veces surgen “insights” reveladores espontáneos que
ayudan a ver las cosas de repente de otra forma. En psicología,
utilizamos la palabra “insight” cuando una persona alcanza de forma
inesperada una verdad, es decir, que entiende y da sentido a una
situación de forma esporádica.
Esto puede deberse a un estímulo que lo
desencadene previamente y que hace que la persona comprenda y vea
sentido a las cosas que antes no lo tenían, además que surja dentro de
ella una fuerza que creía no poseer y le ayude a superar los problemas.
Pocas veces llegaremos a alcanzar un insight sin trabajo previo, pero se
pueden dar y ello facilitaría el proceso a mejorar la autoestima.
Por otro lado, otro rasgo propio de las
personas con baja autoestima, es centrarse mucho en los demás para
llenar esa falta de amor hacia sí y se olvidan o se dejan un poco de
lado a ellos mismos.
¿Entonces cómo mejorar la autoestima? ¿Qué podemos hacer para trabajar en ello?
15 pasos para trabajar la autoestima
A continuación te doy 15 pasos para empezar a mejorar tu autoestima. 15 consejos que deberían ser tus mandamientos para alcanzar la felicidad:
1. Vístete como te gusta
¿Qué me dices de ese vestidito que tan bien te sienta o de ese estilo tan propio y que tanto te caracteriza?
La vestimenta es una forma de exteriorizar lo que somos por dentro. Si te apetece ponerte algo, date el gusto y ¡póntelo!
¿Qué más da si hoy no es un día
especial, sino como otro cualquiera, si no vas a ir a ningún compromiso o
no tienes una cita?, ¡vístete para ti! Es posible que tengas vergüenza
por si te preguntan el motivo de ese “cambio”. Pero ¡¿qué más da?!
Diles que te apetecía arreglarte y ponerte guapo/a, no tienes que dar
explicaciones.
Puede parecer una tontería, pero una
prenda de vestir, un accesorio o un poco de maquillaje puede hacer que
te sientas más seguro/a. Sentirse bien con uno mismo y estar seguro te
hará mostrarte al mundo y te permitirá ser tú. Quitarse miedos siempre
te ayudará a sentirte bien y permitirá a otros conocerte.
Además, siempre es posible que hasta te piropeen y ¡¿qué hay mejor para el autoestima que un halago?!
Pruébalo.
2. Come bien
Siempre es saludable llevar una buena
alimentación. Sentirse sano por dentro ayuda mucho a sentirse bien por
fuera y también eso nos afecta cognitivamente.
Una dieta rica en todos los alimentos
hace que no nos falten nutrientes ni vitaminas y eso nos llena de
energía y vitalidad. Pero, ¿sabías que existen alimentos que pueden
contribuir a nuestra felicidad? Seguro que te viene ahora mismo a la
cabeza el chocolate, ¡y no te equivocas! El chocolate puro es uno de
esos alimentos que contribuye a nuestro bienestar. Lo que sí que no
esperarías es que te dijera que la tan “odiosa” acelga, los mejillones,
el yogur y un largo etcétera también lo son. El psiquiatra Drew Ramsey
ha creado una dieta que está revolucionando Estados Unidos: “The Happiness Diet” (“La dieta de la felicidad”).
De este mismo modo, llevar una dieta
sana también nos ayuda a vernos mejor físicamente, que es uno de los
principales problemas que propician una autoestima baja.
3. Date un capricho
Aunque es bueno ser estrictos con uno
mismo en temas de alimentación o economía, no está mal concedernos un
pequeño capricho de vez en cuando.
Que te han gustado esos zapatos, te
mueres por jugar a ese juego de PS4 o te encantaría ir a ese concierto,
¡date el capricho! Si te concedes un premio, tu estado anímico será
mejor y te sentirás más feliz.
Regalarse algo al mes o cada dos meses
es algo fundamental. No tiene por qué ser algo caro, un detallito sobra.
¿No le comprarías a tu mejor amigo/a o a tu madre esa tontería que le
hace sonreír? Haz lo mismo contigo. ¡Tú eres la persona más importante
de tu vida!
Otra forma de premiarse es comer una vez
a la semana algo que te guste de verdad. Normalmente serán productos
con mucha azúcar o comida rápida, por eso no hay que abusar de ellos,
pero concederse una comida o un alimento “prohibido” a la semana es
bueno para tu estado de ánimo.
Tener estos gestos con nosotros nos
sirven para reconciliarnos con nuestra persona y quitarnos presión,
hacer que nos queramos un poquito más.
4. Duerme bien
¿Qué dicen las modelos y los famosos
habitualmente? “Mi secreto es dormir 8 horas y beber 2 litros de agua al
día”. Aunque sepamos que no es ese realmente el secreto, sino que
cuentan con un poquito más de ayuda, dormir de 6 a 8 horas al día es
fundamental (aunque varía según la persona, su edad, sus necesidades,
etc).
Durante el sueño, nuestro cuerpo descansa y nuestra mente se relaja y repasa todo lo vivido durante el día.
Además, sin un buen descanso, nos
estresamos y ponemos más nerviosos antes, cosa que nos hace sentir mal
y/o nos hace comer más. Todo esto puede somatizarse y acabar hinchado
nuestro cuerpo o que nos salgan sarpullidos, granitos o incluso fiebres o
herpes al bajar las defensas. Esto no te va a ayudar a sentirte mejor
contigo.
¿Sabías que uno de los factores que contribuyen a la depresión es no dormir las suficientes horas?
5. Haz deporte
Del mismo modo que llevar una dieta equilibrada y dormir 8 horas, tener una vida activa ayuda a mantener la línea.También el deporte hace liberar endorfinas (hormonas del amor/placer) y la adrenalina que nos hacen sentirnos mejor, lo que reduce la ansiedad y el estado de ánimo negativo.
Además, practicando deportes o yendo al gimnasio puedes conocer a otras personas y crear amistades. Tener un círculo de amigos con el que compartir aficiones hace que nos sintamos más integrados en comunidad y, por lo tanto, nos encontraremos mejor.
6. Haz actividades de ocio
Ver tu serie favorita, pintar, escribir novelas, fotografía, ir al cine, jugar al fútbol,…Haz una lista de hobbies o cosas que te gustaría hacer a la semana y luego introdúcelas en tu horario habitual.
Dedicarse tiempo, ya sea para mejorar la autoestima o simplemente para llevar una vida sana, es importante.
Tener unas responsabilidades que cumplir puede hacer que acabemos agobiados y estresados y requerimos de un momento de desahogo o de desconexión. Al igual que con los caprichos, el dedicarse tiempo para llevar a cabo una afición que nos llena nos ayudará a aliviar el estrés y a sentirnos más tranquilos.
7. Cultiva tu mente
Aprender cosas nuevas o mantenerte al
día en cuanto lo que pasa en la sociedad también te hace sentir más
inteligente y en conexión a los demás.
Sentirnos más intelectuales hará que nos
mostremos más seguros a la hora de desenvolvernos socialmente y eso
potenciará nuestra autoestima.
Además, ¿sabías que mantener nuestro
cerebro ocupado hace que se retrase el envejecimiento del mismo y se
mantengan las capacidades durante más tiempo? La naturaleza es muy sabia
y si algo dejas de usarlo, el cerebro entiende que ya no te sirve de
ayuda y lo elimina para dejar más espacio para otras cosas. De bebés,
todos tenemos la capacidad de aprender y adaptarnos a cualquier idioma,
no es como en la etapa más adulta que nos cuesta más. Si no se
aprovecha, se va perdiendo mientras se va creciendo.
8. Haz algo bueno por alguien
Una acción altruista de vez en cuando,
que no vivir por y para los demás, no confundamos, nos hace sentirnos
mejor con nosotros mismos y a elevar nuestra autoestima.
Muchos tachan el “hacer algo por alguien
para sentirnos mejor” como un acto egoísta y eso no es cierto. Realizar
cosas por los demás nos hace sentir bien porque el instinto de
supervivencia ha hecho que así sea. ¿Qué tiene que ver la supervivencia
con hacer algo por los demás? Fácil: si hago cosas por los demás les
hago sentir bien, por lo que me aceptan socialmente y me siento seguro
dentro de mi grupo, lo que incrementa mi bienestar y, por lo tanto, mi
autoestima. El instinto “se ha dado cuenta” de que un ser humano en
solitario no tiene las mismas probabilidades de supervivencia que uno
que vive rodeado de otros seres humanos en comunidad.
Dejemos de pensar que hacer cosas por
los demás para sentirnos bien es algo mezquino y empecemos a pensar que
es una forma de hacer que todos ganen: mi entorno está feliz y yo me
siento bien al ayudarles.
9. Rodéate de gente buena
Supongo que habrás oído eso de que no es
bueno juntarse con “gente tóxica” y es cierto. En esta vida no es bueno
tener gente que te hunda y menos con lo corta que es.
Seguramente estarás pensando en esa
persona que tienes cerca, que aunque sabes que no es buena para ti no
quieres apartar de tu lado, pero llegará el día que tú mismo/a te darás
cuenta que debes tomar una distancia. No digo que debas alejarte y
olvidarte de esa persona, eso es muy fácil de decir, pero sí que
emocionalmente lo hagas poco a poco. Te sentirás mejor a la larga.
Fíjate en tu entorno, habrán personas
que se preocupan por ti y quieran lo mejor para tu vida. Aférrate a
ellas y déjate querer, al mismo tiempo que tú cuidas de ellas. Notarás
el cambio.
10. Perdónate. No te machaques
Es un rasgo común, si no el más importante, dentro de la baja autoestima: el autodestruirse.
Creo que prácticamente todas las
personas con baja autoestima piensan que no merecen ser felices porque
no se lo han ganado. No les entra en la cabeza que la felicidad no es
algo que deba ser merecido.
Hazte un gran favor: deja de pensar que
algo hiciste mal y que no eres merecedor/a de la felicidad. Perdónate
por haberte tratado tan mal, por haberte dañado y comienza a alejar esas
duras palabras y esos mezquinos pensamientos de tu mente.
Todo el mundo puede ser feliz si se lo plantea. La felicidad no es una aptitud, sino una actitud.
11. No te compares
Normalmente para reafirmar que somos
inferiores, nos comparamos con personas que tienen todo aquello que nos
gustaría tener: ser guapo/a, inteligente, tener éxito,… Nunca nos
compararemos con alguien que consideramos menos que nosotros.
Deja de fijarte en todas esas cosas que
tú no tienes, pero sí esas personas con las que te comparas. Todos y
cada uno de los seres humanos somos diferentes y únicos. Sí que es
cierto que para algunos alcanzar las cosas les ha podido ser más fácil
(puede que parezca que es así y luego no sea la realidad), pero piensa
que esa persona ha tenido más “suerte”. Del mismo modo que te aseguro
que esas personas con las que te comparas seguramente también se
compararán con otras.
Dedicarte a vivir pensando en lo que no
tienes hace que no aprecies lo que sí posees, de este modo no puedes
apreciarlo y vivirlo. Eso sólo te va a hacer sentir culpable, un/a
desgraciado/a, una víctima del destino o de la vida, y no te va a
beneficiar hacerlo.
Se dice que para ser feliz, hay que ser agradecido con lo que tenemos.
¿Recuerdas el eslogan de esa campaña de Ikea? “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”.
12. Establécete objetivos reales
Del mismo modo que compararse hace que
tengamos la sensación de inferioridad, establecer objetivos muy por
encima de nuestras capacidades también puede provocárnoslo.
Siempre es bueno intentar superarse y
llegar a ser mejores, pero ello deja de ser algo productivo cuando
fijamos metas que sabemos que no vamos a poder alcanzar. Esta es una
forma de autoboicotearnos.
¿Te suena el término “indefensión
aprendida”? La indefensión aprendida se da cuando nos excusamos para no
poder alcanzar los objetivos (que podrían llegar a ser alcanzados) con
argumentos de inferioridad: “no puedo hacer esto porque soy tonto”, “no puedo presentarme a ese trabajo porque seguro que no cumplo el perfil”,…
Al final acabamos interiorizando tanto que no somos tan buenos que,
para reafirmárnoslo, actuamos pasivamente ante todas las situaciones en
las que no percibimos control por miedo a las consecuencias.
Del mismo modo que nos ponemos
zancadillas para que se dé una “profecía autocumplida” o “efecto
pigmalion”. Se daría cuando una persona predice que algo ocurrirá de una
forma subjetiva y luego, consciente o inconscientemente se esfuerza
para que ocurra de ese modo y así demostrar que llevaba razón. Un
ejemplo sería escoger a un niño al azar en una clase (con igual
rendimiento que sus compañeros) y decirle a su profesor que ese niño es
superdotado. Al final del curso, ese niño tendrá mejores resultados que
sus compañeros porque su profesor hará todo lo posible para que se logre
esa profecía sin saber la realidad.
13. Mímate
Cuídate un poquito más. Si ves que necesitas un respiro, dátelo.
Un masaje, un bañito de espuma, apagar el móvil, pasar un tiempo tranquilo/a solo/a,… Lo que necesites.
Todos deberíamos tener este momento para
nosotros todos los días. No hace falta mucho, con media hora sobra.
Concédete esa media hora diaria. Lo notarás.
14. Acepta que no eres perfecto/a y permítete cometer errores
Todos somos imperfectos. No existe la perfección. Hasta la persona que creas más perfecta, no lo es.
Somos humanos y por ello es imposible
que seamos perfectos. Suelo utilizar la expresión: “todos somos
humanamente imperfectos”. Los seres humanos carecemos de perfección: nos
ponemos enfermos, fallecemos, nacemos en “blanco” y tenemos que ir
aprendiendo durante nuestra vida,…
Asume que probablemente llegará el
momento en el que te equivocarás, pero no te lo eches en cara. Nadie
nacemos enseñados, no podemos prever cómo van a actuar los demás, no
controlamos el 100% de los elementos de cada situación, por lo que
alguna vez las cosas no saldrán como queremos.
Una vez aceptes que cabe la posibilidad de error y que es algo normal, te quitarás presión y podrás al fin respirar y vivir.
Piensa que no controlar las cosas puede
dar miedo, pero también es algo excitante no saber qué ocurrirá, es como
una aventura. Empápate de cada uno de tus pasos y experiencias, pues
siempre te van a ayudar a crecer y desarrollarte como persona.
15. Confía, en cree en ti y sé fiel a ti mismo/a
Ante todo, éste es el paso más
importante. Sé tú mismo/a siempre, sigue tus principios, no seas lo que
los demás esperan de ti, sino lo que realmente sientes y quieres ser.
Piensa que una persona que se enmascare
como una persona que no es, nunca podrá ser feliz porque vive una
mentira. Al principio puede funcionar, pero llegará el momento en el que
sea imposible vivir en armonía con una vida falsa.
Puedes alcanzar siempre lo que te propongas en la medida que te esfuerces en conseguirlo.
Te dejo una última frase para que pienses en ello: “No es tu aptitud, sino tu actitud lo que determina tu altitud”.
Te animo a que empieces a caminar por este sendero hacia el bienestar y la felicidad. Eres capaz, lo sé.
María Cartagena
Psicología en Positivo
http://www.psicologiaenpositivovalencia.com/como-mejorar-la-autoestima/
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